Hay gente que escoge biblias como comprar por Internet, leen en ellas a
ver cual ofrece más por menos esfuerzo, cual fue traducida a su favor o
cual esta más fácil de entender y ojala se lea sola, y es que el
hombre siempre hace algo; si tiene garantía, compramos adquisiciones
donde nos den el mayor respaldo, aún sabiendo que en el momento de
comprar las cosas están en optimas condiciones, pero al primer error
apelamos a la garantía y si podemos demandamos por nuestros derechos
de consumidor, somos tan eficientes exigiendo, pero que pasa cuando
debemos dar, se voltea la tortilla dicen por ahí, ofrecemos lo que
podemos costear y lo vendemos como grandes suplidores, con lujo de
halagos a nuestros productos y lo necesario para impresionar y vender
imagen; más cuando aquello falla, decimos "Ha yo no sé yo se lo di
bueno, seguro fue mal uso".
A veces la vida es dispareja y para
malas garantías de intercambio que más que el ejemplo de nuestro señor
Jesús, Él murió por nosotros, sin tener de nosotros la más mínima
garantía de que le íbamos a seguir después de tan noble gesto, ha pero
cuando buscamos sus bendiciones, nos sabemos al dedillo los versículos
donde Jehova promete darnos esto, esto y aquello, más cuando tenemos
que buscar los versos donde nos dice, que requisitos debemos llevar
para tener dichas bendiciones, buscamos la versión de la biblia que los
represente más suaves y fáciles de practicar.
Entonces señores dejemos las tonterías y seamos realistas:
Ya sabemos muy bien lo que DIos es capaz de dar, pero ¿cuando? va a
saber él lo que nosotros vamos a ofrecer por tanta bondad,
misericordia, amor, compasión y paciencia como la que nuestro señor
Jehova nos tiene hasta el día de hoy, cuando en tu alrededor ocurra un
triste infortunio en tu hogar talvéz, no te tomes tan a pecho las
garantías que la biblia ofrece para reclamarle a DIos a tú favor como
siempre, si no por el contrario; ve sometiendo tu ego y vanidad a la
voluntad de DIos, para que cuando ocurra la fatal desgracia en lugar de
cucharear como bebé, salgas al encuentro de Dios para que te de
consuelo y valor, porque al fin y al cabo el es SOBERANO le duela a
quién le duela y no somos quién para reclamarle. Bendiciones.
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